ODIO, INTOLERANCIA Y ALTERIDAD DEL SER

ODIO, INTOLERANCIA Y ALTERIDAD DEL SER

Rómulo Lander [Caracas 2016]

Primera parte: EL ODIO

Comencemos por aclarar el concepto psicoanalítico de odio que voy a usar. Es necesario preguntarnos ¿Qué es el odio? El odio es un estado de pasión. Así pués el odio no es un afecto, ni es una emoción. El afecto que acompaña al odio son la ira y la rabia. Cuando Sigmund Freud plantea en 1920 su nueva teoría dual de las pulsiones en <Más allá del principio de placer> e introduce su concepto de Pulsión de Muerte, sin proponérselo deja abierta la posibilidad de un enredo en la teoría psicoanalítica. Considero que Freud plantea claramente en su escrito original: que la más específica expresión de la Pulsión de Muerte es muda y se encuentra en la inevitable tendencia del ser vivo de volver a la nada inorgánica. Aquí se hace necesario recordar que para Freud la pulsión es: energía y empuje.[1]

Después de ver tan de cerca los efectos destructivos y asesinos que produjo la violencia en la primera guerra mundial, los analistas de la época, pensaron que la Pulsión de Muerte freudiana refería a la inevitable tendencia violenta y destructiva que muestran todos los seres humanos. Los analistas que se adscriben a esta interpretación de la propuesta pulsional freudiana, ven a la violencia y a la destructividad como una expresión de la Pulsión de Muerte.

Otros analistas de la época y más aún los analistas actuales, vemos a la violencia y a la destructividad como una consecuencia de otros mecanismos psíquicos tempranos y no como una expresión de la Pulsión de Muerte. Aclaremos esto: Las primeras relaciones de objeto [oral narcisista] por introyección e identificación va a formar la psique humana [la mente]. Esa relación de objeto fundante, a través de la catexia de la energía de pulsión sobre la representación del objeto original se hace con lo que se llama siguiendo a Melanie Klein un <objeto parcial. Jacques Lacan llama a ese objeto fundante: [objeto-a]. También es el objeto perdido, siempre buscado y nunca encontrado. Esta relación de objeto fundante abre una dialéctica de satisfacción frustración. Lo que satisface la necesidad: alivia la angustia y produce placer. Es la base de la pasión de amor. Lo que frustra la necesidad, va a aumentar la angustia y produce displacer, Es la base de la pasión de odio. Esto ocurre en el periodo narcisista del desarrollo, periodo de la instauración de las pasiones. Por lo tanto el odio no es un afecto. El odio es una pasión, que existe como contraparte de la pasión de amor. No es lo contrario del amor, el cual sería el desamor. Es la contraparte.

–El Objeto del odio

Para explicar la naturaleza del objeto de odio es necesario utilizar la teoría Freudiana y Kleiniana del narcisismo y si se desea la teoría Lacaniana del sistema [RSI] en lo relativo al orden imaginario.[2] Es en el eje narcisista o imaginario de la constitución del sujeto, donde se va a tramitar la relación de objeto narcisista y el vínculo de pasión. Este eje refiere al período sincrónico, especular, topológico[3] de la constitución del sujeto en su época más temprana.

El verdadero prototipo del vínculo de odio y también de amor, no se encuentra en la satisfacción pulsional únicamente [per se] sino además en la lucha del sujeto por su existencia y afirmación. Este objeto de odio es un objeto desprendido de la figura del otro originario [orden narcisista imaginario] pedazos o restos del otro, desprendidos de la experiencia, sin mantener cualidad de conciencia, pero siempre buscado por el sujeto en su vida posterior. Encontrado momentáneamente, cuando en ficción, el sujeto lo percibe un otro que lo porta [por azar]. Ese otro aparece como semblante del objeto, portador del objeto perdido: objeto de amor o de odio. Haciendo así posible que aparezca un relación pasional de amor u odio.

–El Sujeto del odio

Así el concepto de sujeto aparece en el ir y venir de la pulsión sobre el objeto. Se inaugura el sujeto y de allí en adelante, como ya vimos,  el objeto es específicamente un objeto perdido. Este objeto perdido llamado por Lacan [objeto-a] es el objeto de la pasión. Transcurre y se mantiene toda vez que el sujeto opera o funciona en el eje narcisista.

Este objeto de pasión es un objeto de imagen, es visual, auditiva, olfativa y tiene la característica de ofrecer la ilusión de completud al sujeto, quien siempre está en falta constitutiva. Esto refiere al concepto de <la falta en ser>. La percepción ilusoria de ver, oír u oler en el otro ese [objeto-a] perdido, lo empuja irresistiblemente a un vínculo especial con ese otro, portador de este objeto-(a) perdido. Ese vínculo especial que padece el sujeto a la manera de un síntoma, constituye  el  vínculo de pasión. Este vínculo de pasión puede ser de de odio o de amor, según sea el caso de frustración o satisfacción pulsional con el objeto. Recordemos que la naturaleza de este vínculo pasional de odio tiene características propias del eje narcisista, es decir: (a) Es irracional (b) Es involuntario (c) Es automático (d) Se construye con el mecanismo de la apropiación subjetiva llamada también identificación proyectiva al encontrar en el otro el objeto perdido que en ficción va a completar al sujeto.

–El Odio como pasión

Así pues, el origen del odio como pasión, es similar al origen del amor. Si en el amor el [objeto-a] perdido, objeto de pasión, en ficción, cree haber encontrado el objeto perdido y así completa al sujeto. Así es establece en el vínculo de odio, con este mismo objeto-a portado por el otro, objeto que es capaz de producir en el sujeto, un rechazo o frustración pulsional, va a ser por lo tanto convertido en el objeto del odio y el vínculo será un vínculo pasional de odio, que en ficción completa al sujeto.

Por lo tanto la pasión de odio es el reverso de la pasión de amor. Lo opuesto al amor, no es el odio, sino el desamor [que se desliza en el devenir de la indiferencia]. Es oportuno aclarar que en esta propuesta, el odio no es presentado como un afecto, sino como una pasión. El afecto como resultante de la pasión de odio, sería la ira o la rabia. Igualmente el amor no es presentado como un afecto, sino como una pasión y el afecto correspondiente se expresa en un sentimiento de entrega total, de placer, con empuje a la fusión corporal en el encuentro sexual y en la convivencia cotidiana empuja a la desaparición de la otredad, pérdida de la alteridad [asimetría]. Es decir empuja a la simbiosis [fusión] objetal con el objeto amado u objeto odiado.

–Pasión de odio y el sadismo humano

El vínculo irracional de naturaleza involuntaria en la cual se establece la pasión de odio puede tomar dimensiones alarmantes. La intensidad del vínculo de odio puede llegar a ser de tal magnitud que deslice hacia la progresiva construcción delirante. Aun cuando el sujeto es capaz de reconocer lo absurdo o lo irracional del odio al otro, este no puede evitarlo. Este odio que se va a expresar en ira o en rabia va a constituir lo que se podría llamar: la razón de la venganza. La venganza que corresponde a la forma organizada de atacar al objeto y puede dar origen en este registro de pasión de odio: a la violencia y al sadismo humano. La pasión puede ser de tal magnitud que el sujeto no pueda escapar a sus efectos y producir un acto de violencia.

Este problema clínico no es accesible a la interpretación efectiva por dos razones: primero, porque es una formación inconsciente pre-verbal y segundo porque tiene características de certeza delirante. Los actos violentos desencadenados por esta pasión de odio, en la cual el sujeto está convencido de lo correcto y acertado de sus actos, no van a producir ningún sentimiento de culpabilidad. Sólo el tiempo, al igual que en el vínculo pasional de amor, permitirá su disolución progresiva al ser sustituido por un nuevo objeto. Es oportuno aclarar que no todo sadismo humano tiene su origen en la pasión del odio. Otras variables del sadismo humano se originan por la vía de la destructividad.

–Fusión objetal y sadismo primario

Anterior al momento de la capacidad de discriminación entre el sujeto y el objeto, es inevitable que la expresión del malestar del niño [mostrada en su llanto y agitación motora] pueda ser visto de varias maneras que no son mutuamente excluyentes: (1) como una forma de expresión de un sadismo primario. (2) Para otros como una forma primitiva de comunicación.

El llanto motivado por el malestar y displacer se convierte en un significante cuando encuentra sentido en un otro. Por lo tanto la presencia de este llanto y de agitación motora, expresión para algunos de un <sadismo primario> no testimonia de forma exclusiva la presencia del sadismo primario. Por otro lado esta experiencia de dolor psíquico y  luego su alivio, producido por el encuentro con la satisfacción de pulsión, al ser satisfecha la demanda expresada en el llanto, va a contribuir a la transformación del grito en un llamado apareciendo un primer significante que significa algo para otro significante. Así pues, la aparición del otro, la alteridad especular y el despliegue de los mecanismos de proyección e introyección, van a permitir la progresiva diferenciación entre el sujeto y el objeto. De allí en adelante, el sadismo a mi entender, será siempre secundario.

Lógica de destructividad

El estudio de la destructividad humana como diferente de la pasión de odio, nos va a permitir continuar explorando los orígenes de la violencia. La destructividad humana refiere a una conducta destinada a causar daño y destrucción al sujeto y/o al otro: sadismo secundario.

Primero: Si consideramos que la destructividad humana no es una expresión directa, ni automática de la Pulsión de Muerte, tendríamos entonces que explicarla de otra manera.

Segundo: esto nos obliga a una revisión del concepto de la envidia temprana pre-verbal. Melanie Klein mantiene que la envidia temprana es una expresión de la pulsión de muerte poniendo énfasis en lo constitucional de la pulsión y por ende de la envidia. Anna Segal analista Kleiniana muy destacada de los años sesenta y setenta, tiene una posición teórica diferente. Ella plantea en 1971 con motivo del 27 Congreso Internacional de Psicoanálisis, que la envidia desde el punto de vista Kleiniano se encuentra en íntima relación con el concepto de vínculo objetal y agrega: que es en relación al objeto que el niño desarrolla la envidia temprana.

La destructividad provocada como consecuencia de la envidia al objeto es primeramente un empuje destructivo dirigido contra el objeto y sólo en algunos casos secundariamente pasa a ser dirigido contra el sí-mismo. La pregunta fundamental es si la energía utilizada en esta envidia, es una expresión directa y automática de la Pulsión de Muerte. O si la energía utilizada por la envidia para destruir al objeto es originada en una energía [pulsión] que no tiene calificativo: ni de vida, ni de muerte.

El Furor Narcisista

Cuando hay predominio de las experiencias de insatisfacción y frustración en el niño se va a dar origen a la aparición de  una psicopatología de la envidia. El predominio y la excesiva experiencia de frustración de la demanda, provocarán una intolerancia progresiva a la frustración. Ante la más pequeña frustración el niño puede caer en lo que llamaríamos un <furor narcisista>. Esto equivale en clínica a lo que podríamos llamar: un ataque de rabieta del niño. Muy común a los veinticuatro meses. Estos ataques de rabieta [tamtrums] llamados también episodios de furor narcisista, son testimonios del predominio del eje narcisista en la constitución del sujeto. Posteriormente en la vida como adolescentes o como adultos, ante la experiencia de frustración, este tipo de sujetos, con predominio del eje narcisista, pueden caer en un ataque de furor narcisista intenso desproporcionado, algunas veces difícil de controlar, que empujan al acto y que puede tener serias consecuencias en el registro de la violencia.

Lógica de la agresividad

La agresividad refiere a una conducta o una tendencia del sujeto que tiene como propósito defender su integridad personal, defender su vida, su propiedad, su patrimonio y sus valores e ideales. Esta propuesta no tiene nada que ver con la propuesta de la Pulsión de Muerte. La agresividad humana al igual que la destructividad posee una energía que le permite realizar la tarea. Esta energía se origina en la pulsión. Pulsión unificada que no tiene calificativo. Ciertos ideales pueden incluir dentro de su propio código la capacidad del sujeto de reaccionar con agresividad ante un ataque que intente destruir las identificaciones y los significantes que sostienen estos ideales. En algunos casos el mismo código del ideal invita o apoya la respuesta de agresividad.

En otros casos el mismo código pide al sujeto inhibirse de cualquier reacción de agresividad o violencia y de tener lo que se llama una protesta pasiva: exigencia de poner la otra mejilla. En los casos en que el código permita y estimule la respuesta de defensa agresiva, podemos encontrar toda una serie de acciones de violencia, que van desde la agresividad verbal y escrita, hasta los actos de violencia contra la propiedad y las personas.

Miedo y agresividad

La angustia que en clínica fenomenológica se detecta como miedo y temor, puede desplazarse a una expresión desproporcionada de rabia y agresividad. Algunas veces, personas que padecen estados fóbicos o temores excesivos, ante la amenaza real a su integridad física, o ante el peligro de perder su propiedad, responden con un temor que paraliza. Estas mismas personas en otras circunstancias, pueden transformar este estado de temor y parálisis, en una respuesta agresiva con violencia verbal o física. La violencia y la agresividad desencadenada por este tipo de respuesta generalmente son controlables a voluntad por el sujeto.  La consecuente violencia sólo se desarrolla y alcanza los niveles que el sujeto desea que alcancen.

Segunda parte: LA INTOLERANCIA

Comencemos por el principio: ¿Qué es la intolerancia? Digo que la intolerancia en los seres humanos refiere a <la incapacidad del ser de tolerar al otro diferente>. Luego aparece la segunda pregunta: ¿Por qué existe la intolerancia? Aquí propongo algo nuevo y afirmo que <la intolerancia está específicamente fundamentada en la imposibilidad del ser de mantener la alteridad>. Esto quiere decir que el ser intolerante mantiene una relación de objeto de tipo simbiótica, fusional con el otro, sin alteridad.

Además esto implica que la mente del intolerante está operando con mecanismos mentales primitivos de tipo narcisista. La conducta intolerante se va a mostrar en diversas formas clínicas y en todas ellas aparece fundamentada en la relación de objeto que el sujeto tiene con el otro. Entiendo que la intolerancia se pone en acto: con la pareja, los hijos, la familia, el trabajo, con los grupos sociales y en un contexto social político más amplio. Allí encontraremos las formas clínicas de la intolerancia del ser. Así pues aparece, primero las formas de la intolerancia que observo en el maniqueísmo, lo cual le da fundamento a la capacidad genocida. Segundo, la intolerancia del fundamentalismo y fanatismo. Tercero, unas observaciones sobre el autoritarismo. Finalmente les presentaré la intolerancia más benigna, la cual aparece en seres que funcionan en alteridad, que funcionan con una clara capacidad de discriminar el sujeto del objeto, pero que muestran conductas intolerantes. Me refiero al dogmatismo y a la intolerancia a la frustración.

Tercera parte: LA ALTERIDAD

¿Qué es la alteridad? Aquí es necesario hacer una pequeña recapitulación teórica [Metapsicológica]: La teoría Psicoanalítica postula que la mente se va a constituir durante la gestación y después del nacimiento a través de múltiples experiencias dialécticas entre el deseo y el objeto, impulsado por la energía de la pulsión. En una primera etapa, la mente del bebe no discrimina el sujeto del objeto. Es decir para la mente del bebé, el pecho y él, son la misma cosa. A esta etapa que coincide con el periodo de amamantamiento se le llama oral o también monádico. Esta relación de objeto se caracteriza por una simbiosis [una indiferenciación] entre el bebé y el pecho [su madre]. Es solo posterior al destete, y al adquirir la capacidad de caminar, de movilizarse, que la relación de objeto cambia y se convierte en dual [diádica]. Allí desarrolla una nueva capacidad. Aparece una clara discriminación entre el sujeto y el objeto. Con esta capacidad de discriminación entre el niño y el mundo aparece lo que se ha llamado la <alteridad> es decir la asimetría. Contraria a la simetría que existe en la fusión objetal. <Así pues la alteridad es la capacidad que tiene el sujeto de discriminarse del objeto>. Con la alteridad aparece el <Yo soy Yo> y el <Tú eres tú> por lo tanto puede aparecer el <Yo, no soy Tú>. Es sinónimo de Asimetría.

Cuando por algún motivo en años posteriores, se pierde esta capacidad de alteridad, el sujeto pasa a no poder discriminar al otro como un ser diferente. Aparece de nuevo la idea del <Yo soy tú>. Es decir se ha perdido la alteridad, se ha perdido la asimetría. Esta pérdida de la alteridad es muy común que se establezca transitoriamente en los estados pasionales de amor y odio. El objeto amado y el amador se fusión en un solo objeto. Igual ocurre con el objeto odiado y el sujeto que odia.

Al no poder discriminarse el sujeto del objeto y hacer uno con el objeto, se va a hacer imposible que ese sujeto pueda tolerar las diferencias que usualmente existe en el otro. Sabemos que cada sujeto desarrolla en la vida, según hayan sido las identificaciones fundantes del ser, su propio sistema de valores e ideales. Cuando se pierde la alteridad y el sujeto no reconoce la validez de las diferencias de cada ser, no va a ser posible, que ese sujeto, sin capacidad de alteridad, pueda tolerar las diferencias del otro, ya que el sujeto y el objeto serían en ficción la misma cosa. Así aparece el racismo e igualmente aparece la intolerancia a las múltiples diferencias en la conducta sexual y no se tolera la diversidad sexual del otro.

Vale decir que el sujeto intolerante no acepta la diferencia que hay en el otro porque al perder la alteridad las siente como suyas. Por lo tanto no puede tolerar al otro diferente. Inevitablemente tiene que lidiar con el empuje natural a eliminar y destruir al otro. Al contrario, las personas que si pueden mantener su capacidad adquirida de discriminarse del objeto [alteridad, asimetría] si pueden entonces reconocerse a sí mismas como diferentes del otro. En esos casos, la presencia de la diferencia que muestra el otro, no constituye una amenaza a sus ideales, ya que en la discriminación se plantea el <Yo soy Yo> y el <Tú eres Tú>. Estas personas pueden desarrollar a plenitud la tolerancia a la diferencia con el otro.

Obstáculos al desarrollo de la capacidad de alteridad

En los tiempos difíciles de la historia de la Humanidad en donde la adversidad, la guerra, la pobreza extrema, la hambruna y otro tipo de tragedias que han ocurrido en algunas zonas habitadas del mundo, es lógico pensar que la crianza de los niños en esos grupos humanos, va a estar en serias dificultades. Estas dificultades pueden ser muy variadas. Por ejemplo, dificultad para alimentarlos correctamente, de atender sus diversas necesidades biológicas y educativas, sus necesidades afectivas y de amor. Es decir dificultades para recibir el correcto <reverie materno>. Estos pequeños niños crecerán con <carencias afectivas graves> y estas carencias producen un obstáculo para el desarrollo natural de la mente. Se producen detenciones y fijaciones en el desarrollo de la personalidad.

El niño continúa creciendo corporalmente y también se desarrollan normalmente ciertas funciones cognitivas de su psique, pero queda detenido en un funcionamiento narcisista de su aparato mental, con predominio de una relación de objeto <fusional simbiótico> que no permite la capacidad de alteridad. Este es un problema gravísimo. Esa inmensa cantidad de niños, futuros adultos, que pueden pertenecer a cualquier clase social, no alcanzan la alteridad y van a padecer las consecuencias de la <relación de objeto fusional> en donde la regla es: el <Yo soy Tú> y <Tu eres Yo>. No podrán tolerar la diferencia que les presenta el otro, no podrán tener tolerancia con los distintos ideales del otro. Sus propios ideales impiden la existencia de los ideales del otro. Aparece a plenitud y con todas sus consecuencias: el fenómeno de la intolerancia del ser. El fenómeno narcisista que acompaña a la perdida de la alteridad empuja al sujeto a la intolerancia. Las consecuencias de esta triada: Detención en el periodo narcisista, pérdida de la alteridad y la intolerancia del ser, dan origen al gravísimo narcisismo maniqueo.

Formas clínicas de presentarse el odio y la intolerancia

Encuentro útil utilizar cuando menos cuatro formas de presentarse la intolerancia de ser: Fanatismo, fundamentalismo, maniqueísmo y autoritarismo. Todos ellos se apoyan en la pérdida de alteridad, quiere decir pérdida de la asimetría en la relación de objeto con el establecimiento de una relación de objeto simbiótica, fusional.

1 Fanatismo y fundamentalismo

Los estudios sobre el fanatismo y fundamentalismo firman equivocadamente que los fanáticos, fundamentalistas y terroristas, surgen como efecto de un adoctrinamiento religioso, político y militar. Un adoctrinamiento que es cuidadosamente realizado e instalado en la mente de los jóvenes. Este planteamiento me parece equivocado. Afirmo que el futuro funcionamiento mental fanático y fundamentalista se fundamenta con la imposibilidad del ser de mantener la alteridad. El adoctrinamiento político, religioso y militar solo le da consistencia y capacidad de acción al sujeto que ya es mentalmente un sujeto fanático.

Propongo que este particular modo de funcionar fanático de la mente humana está específicamente fundamentado en la imposibilidad del ser de mantener la alteridad. Esto es algo que ocurre en los primeros cuatro años de la vida, debida serias carencias afectivas, que dificulta la posibilidad de recibir el reverie materno. Esto de la alteridad refiere a un tipo de relación de objeto que ofrece la capacidad al sujeto para diferenciarse del objeto. Es decir diferenciarse del otro ser [fusión objetal]. Con la presencia de este mecanismo de alteridad aparece la discriminación sujeto/objeto. La conducta intolerante se va a mostrar en diversas formas clínicas y en todas ellas se muestra en la relación de objeto, con pérdida de alteridad que el sujeto tiene con el otro.

Hace unos días recibí por internet un pequeño video de tres minutos relativo a una entrevista que se realiza en una televisora de un país árabe. En dicha entrevista observo a una mujer de edad media, profesional de la psicología que es entrevistada junto a un clérigo musulmán de una edad similar a la de ella. La mujer claramente plantea a la cámara sus ideas y su ideología. Insiste en tener derecho a expresar su opinión. El clérigo se ofende por lo que escucha y procede a calificarla de hereje. El expresa que ella no tiene derecho a pensar así y que su ideología la condena. Ella replica exigiendo su derecho a un libre pensar. Ella afirma que ella claramente respeta la ideología del clérigo y no lo califica de nada, pero exige que el clérigo igualmente le respete su ideología. Ella dice: ‘Usted puede adorar las piedras, yo lo respeto, siempre y cuando no me las tire a mí’. Todo esto dura tres minutos. En ese corto tiempo se ejemplifica el serio problema de la intolerancia del ser. La mujer, a mi entender, se muestra como un ser evolucionado, con un funcionamiento mental que discrimina el Sujeto del objeto. Es decir <ella, es ella> y el <otro, es el otro>. El clérigo se muestra, a mi entender, como un ser no-evolucionado. Como un ser detenido en su desarrollo mental en el nivel del narcisismo, en donde no es capaz de discriminar el sujeto del objeto, donde <ella es él>.

Al no poder discriminarse el sujeto del objeto y hacer uno con el objeto, se va a hacer imposible que ese sujeto pueda tolerar las diferencias que usualmente existe en el otro. Sabemos que cada sujeto desarrolla en la vida, según hayan sido las identificaciones fundantes del ser, su propio sistema de valores e ideales. Cuando se pierde la alteridad y el sujeto no reconoce la validez de las diferencias de cada ser, no va a ser posible que ese sujeto sin capacidad de alteridad, pueda tolerar las diferencias del otro, ya que el sujeto y el objeto son la misma cosa. Así aparece la intolerancia al racismo y a las diferencias sexuales.

Vale decir que el sujeto intolerante no acepta la diferencia que hay en el otro porque al perder la alteridad las siente como suyas y por lo tanto no puede tolerar al otro. Inevitablemente tiene que eliminarlo y destruirlo. Al contrario, las personas que si pueden mantener su capacidad adquirida de discriminarse del objeto [capacidad de alteridad] esas personas si pueden entonces reconocerse a sí mismas, como diferentes del otro, sin sentirse amenazadas. En esos casos la presencia de la diferencia no constituye una amenaza a sus ideales, ya que en la discriminación se plantea el <Yo soy Yo> y el <Tú eres Tú>. Estas personas pueden desarrollar a plenitud la tolerancia a la diferencia.

El fanático es diferente, no discrimina entre sus ideales y la realidad externa. Su mente se encuentra en fusión o simbiosis con la representación mental del otro. Es donde opera el <Yo soy Tú>. Por lo tanto no puede tolerar las diferencias ideológicas que el otro pudiera presentarle, ya que esas diferencias serian intolerables para los propios ideales. Esta intolerancia lo lleva al acto y tiene que proceder a destruir a ese otro diferente. Los fanáticos son seres intolerantes, que respetan y aman a sus propios ideales, pero al estar en fusión con la representación del otro, no pueden tolerar los ideales diferentes del otro a los cuales inevitablemente hay que destruir

Los fanáticos están muy cerca de los héroes, pero no importa lo cerca que estén, desde el punto de vista teórico psicoanalítico, son seres diferentes. El héroe tiene respeto y amor por sus propios ideales, igual que el fanático. El sujeto se hace héroe cuando está dispuesto a morir por sus propios ideales. El héroe dice: ‘muero por mis ideales’.

El fanático terrorista en cambio al no tolerar las diferencias, mata al otro, por sus propios ideales. Así pues el fanático terrorista dice: ‘te mato, por mis ideales’. Esto muestra su intolerancia a la diferencia que aparece en el otro. Lo mata porque el fanático las siente propias y eso le es intolerable. Esta intolerancia a la diferencia aparece en los primeros cuatro años de vida por haber sufrido de angustia aniquilatoria excesiva producida por el hambre y por la ausencia de cuidados maternos adecuados [función reverie materna ausente]. Posteriormente este joven narcisista maniqueo es susceptible de caer en los planes de adoctrinamiento político y religioso de líderes maniqueos, hambrientos de poder, que los utilizan para realizar actos terroristas a veces suicidas.

2 La violencia domestica

Las personas que ejecutan maltrato a los niños y violencia domestica, son personas narcisistas, intolerantes y fanáticas. La conducta intolerante que lleva a la violencia doméstica ocurre contra los hijos, el conyugue y los padres, entre otros. La capacidad de violencia está instalada desde la temprana infancia, por la pérdida de alteridad de ser. Los adultos que cometen estos hechos: abusos, maltrato infantil y que atacan con violencia a su conyugue, son motivados por intolerancia y con su consecuente pérdida de la alteridad. Sabemos que al perder la alteridad se establece una relación de objeto de tipo simbiótica, fusional. Así púes no pueden tolerar la diferencia que existe en el otro. A veces la madre [por identificación con su bebé] no tolera al llanto de su bebé. No lo puede soportar, lo siente como proviniendo de ella misma. Lo tiene que silenciar y a veces lo asfixia y lo mata. Otras veces es el padre que golpea al niño malamente, por identificación con el niño este padre tiene que corregirlo como sea. A veces lo golpea gravemente y a veces lo mata. A veces es el/la conyugue quien no tolera la diferencia que existe entre el adulto y el niño. A veces son los dos los que no toleran la diferencia que existe entre ellos [perdida de la alteridad] y así caen en una pelea violenta.

A continuación les presento ejemplo de diversos tipos de maltratos aparecido en los diarios:

(a) Maltrato infantil:

Una madre en New York enfrenta cargos por asesinato en primer grado por la muerte de su bebé de 15 meses. El bebé se halló congelado. La policía dice que él bebe lo habían colocado de la refrigeradora. La encontraron muerta después de muchas horas. La madre fue posteriormente arrestada.

https://www.washingtonpost.com/news/morning-mix/wp/2016/08/09/toddler-who-died-a-painful-horrible-death-may-have-been-placed-in-a-freezer-officials-say/?utm_term=.9efd00ef7704

(b) Maltrato infantil y violencia doméstica en los militares:

El estadísticas han encontrado que en la población militar de USA se encuentran reportados siete mil seis cientos setenta y siete casos confirmados de maltrato infantil. Se trata de un aumento significativo ocurrido en el año 2014. Este aumento muestra un incremento de 10% respecto del maltrato infantil y un incremento del 14% respecto a la violencia domestica en relación al año anterior.

https://www.washingtonpost.com/news/checkpoint/wp/2015/09/02/the-number-of-child-abuse-cases-in-the-military-hits-a-decade-high/

(c) Maltrato infantil:

Al policía reportó que una niña de cuatro años mostraba moratones violeta en su cara y un ojo completamente morado. También moratones con su frente. Mostraba cicatrices y heridas a lo largo de su espalda. Tenía sangre seca en un ángulo de su boca y huellas de haber sido amarrada en sus muñecas. Cuando la policía le preguntó ¿Cómo se llamaba? Ella respondió: idiota. Ambos padres fueron arrestados.

(d) Violencia conyugal:

Los hechos han tenido lugar poco antes de las 22.30 en el interior de un local regentado por un matrimonio de origen asiático. Por causas que se investigan y sin que ningún testigo hubiera escuchado una discusión previa, el propietario del negocio ha salido de la trastienda armado con un cuchillo y ha propinado diversas puñaladas, una de ellas en el cuello, a su esposa. El esposo y dueño del bar ha quedado arrestado y trasladado hasta una comisaría de la policía catalana. Los para-médicos han conseguido detener la hemorragia de la víctima de 37 años. La policía ha iniciado una investigación para intentar esclarecer lo sucedido. Víctima y agresor llevaban varios meses trabajando en el negocio y tienen dos hijos menores de edad a su cargo.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/07/11/catalunya/1468188714_668804.html

(e) Violencia doméstica y maltrato infantil:

La policía de Valencia ha detenido a una mujer de 37 años acusada de haber maltratado, lanzar un cuchillo y echar de casa a su hija de ocho años por no haber hecho unas tareas domésticas que le había encargado, según ha informado la policía en un comunicado. La madre trabaja de noche y según las fuentes hacía que su hija limpiara la casa antes de ir al colegio mientras ella dormía. El arresto se produjo el martes 28 de junio por la tarde. Las investigaciones se iniciaron cuando los agentes tuvieron conocimiento de que la menor podría sufrir maltrato por parte de su madre. La policía había recibido esa misma mañana una llamada denunciando que antes de ir al colegio la madre había golpeado a su hija y la había echado de casa por no limpiar.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/07/01/valencia/1467364545_201356.html

3 Maniqueísmo

El Maniqueísmo fue un movimiento filosófico religioso mesopotámico fundado por Manhí en los comienzos de nuestra era cristiana. Cuatrocientos años antes de Mahoma. Esta filosofía propone en forma estricta y rigurosa la distinción de dos principios opuestos: lo divino que representa a lo bueno y lo diabólico que representa a lo malo. Esta filosofía dualista propone que en los orígenes del mundo una catástrofe cósmica misteriosa produjo en los humanos una mezcla del bien y del mal. Desde entonces estos dos principios pasan a coexistir mezclados en cada ser humano. El ser humano que desee ser bueno tendría que restaurar la separación original de los dos principios y quedar solo con la pureza del bien. Para lograr este objetivo purificador la persona debe proceder a expulsar el mal que habita en él. Debe deshacerse del mal propio y tiene que expulsarlo de sí mismo. Este mecanismo de expulsión del mal será ejecutado utilizando un mecanismo mental común en el niño pequeño, desde los inicios de la vida, que se llama proyección [complementario al mecanismo básico de la introyección]. Esta expulsión de lo malo propio [en la representación mental que cada sujeto tiene del otro] produce el consecuente rechazo pasional al otro, quien pasa a ser el depositario de lo malo proyectado. Como tal este otro malvado debe ser alejado y preferiblemente destruido. Esta filosofía maniquea tuvo una presencia expandida geográficamente y atroz en todo el mundo conocido por más de mil quinientos años. A comienzos del siglo veinte hubo una reinstalación del uso de estas ideas teológicas filosóficas maniqueas. Los gobernantes de turno con intereses geográficos expansionistas se apropiaban y explotaban esta doctrina que practicada en forma estricta e inflexible lleva al ser humano hacia a la instalación de la intolerancia y al rechazo de las diferencias.

Ahora bien, estos seres narcisistas maniqueos que en ciertos países y comunidades, constituyen la mayoría de la población pueden ser utilizados con fines religiosos o fines políticos para desatar un exterminio de los que piensan diferente y que según ellos, son los representantes del mal. Eso ya lo vimos ocurrir durante los quinientos años que duraron Las Cruzadas con el grito maniqueo del Rescate del Santo Sepulcro.  O más recientemente con el grito maniqueo de la limpieza étnica de Adolfo Hitler en Alemania, de Slobodan Milosevic en Serbia y el caso del exterminio étnico en Ruanda. Solo por mencionar unos cuantos casos conocidos, denunciados y enjuiciados públicamente.[4] También podría incluir las matanzas soviéticas maniqueas en el GULAG o las matanzas maniqueas chinas durante la revolución cultural china. Igual podría incluir las matanzas maniqueas de la conquista de América del norte y del sur. Podría incluir las terribles matanzas maniqueas del Pol Pot en Cambodia. Y muchas otras más.

4 Autoritarismo

El autoritarismo como forma de gobierno se sostiene en la pérdida de alteridad. Su consecuente ambición y necesidad de poseer el poder maniqueo se hace manifiesto. Así los miembros fanáticos de un mismo grupo político defienden sus ideales y se unen en una lucha inevitable de odio y destrucción, ya que la ideología del otro diferente, les es intolerable. El fanático puede ser un sujeto muy culto e ilustrado y aún así mantiene su personalidad narcisista maniquea. Desde allí, en una posición de poder, se dispone a alterar las leyes a su conveniencia, para mantenerse en el poder y para satisfacer sus propios ideales. El fanático está convencido de tener toda la razón en la ejecución de sus conductas. Este aspecto de la vida pública de los fanáticos muestra claramente la característica patológica delirante de su conducta visible.

El fanático no es pues un delincuente común. Los fanáticos como todo ser narcisista maniqueo no tolera la incertidumbre, ni las opiniones contrarias. Los fanáticos creen en la verdad única y en la eternidad de sus ideales. Es común oír y leer sus mensajes de que, sus ideales serán para siempre. Basta recordar el enunciado de aquel Tercer Reich que duraría mil años. El fanático aún cuando cambie de bando por razones de conveniencia, siempre mantiene su estructura mental narcisista maniquea, y allí estará, a la espera de una nueva oportunidad para saltar al poder y proceder a limpiar el mundo de lo que el narcisista maniqueo cree es la maldad imperante y lo hará a través del ejercer el odio y a la destrucción.

Referencias

[1] El aspecto fundamental de la pulsión esta en el concepto de empuje [energía]. La pulsión es activa en su esencia. Es buscadora de objeto para lograr la satisfacción pulsional: es decir disminuir la tensión psíquica y devolver el sujeto a su estado previo de equilibrio y de homeóstasis. El concepto de pulsión en psicoanálisis es un concepto complejo el cual es necesario formularlo en dos niveles. (a) El primer nivel: Es un nivel estrictamente biológico, refiere a la energía y es el nivel filogenético. (b) El segundo nivel: Es aquel en el cual la energía pulsional originada en el nivel biológico, va a estar ligada en una forma específica con el representante de pulsión. La experiencia pulsional se liga al significante y por esta vía la pulsión en los seres hablantes tiene una historia de infancia. Así se hace personal. Es algo particular de cada sujeto, según sus experiencias. Así la pulsión puede ser ontogénica y ontológica [es decir tiene su historia].

[2] Jacques Lacan: Tomo 1, p.191 [grafo Lambda].

[3] Estos tres conceptos tienen precisión: sincrónico, especular y topológico. Espero que queden claros en el transcurrir en texto.

[4] https://www.youtube.com/watch?v=HsWXncO4jVQ [Video documental del GENOCIDIO EN RUANDA en español de 52 minutos]

https://www.youtube.com/watch?v=g0YqD97T9Y8 [Video documental sobre el GENOCIDIO EN RUANDA en español de 9 minutos]