EL PSIQUIATRA

EL PSIQUIATRA

Observaciones sobre el film de Manuel Pifano.

Rómulo Lander [Caracas, 2014].

Este 24º Congreso Venezolano de Psiquiatría está dedicado al tema de La violencia. Esto permite abrir una discusión científica sobre el reciente film venezolano exhibido en las salas de cine de Caracas titulado: El Psiquiatra. Este es un film escrito y dirigido por el cineasta venezolano Manuel Pifano. Pude ver el film en una sala de cine en Caracas. Entiendo que este film ha sido un éxito comercial y para finales del mes de noviembre del 2014 se reportan más de 100 mil asistentes a nivel nacional. Tengo que confesar que la película logró despertar mi interés. Me resultó históricamente valiosa. El film nos muestra a un conocido psiquiatra nuestro venezolano, que en la vida real asesina a una paciente y que además realiza repetidas veces el abuso sexual con muchas de sus pacientes dormidas que se encuentran en estado de sedación profunda. Según mi modesto entender los actores hacen muy buen trabajo. La puesta en escena y el trabajo de la cámara es aceptable. El sonido es bueno y se entiende claramente en español lo que dicen los actores. La musicalización me pareció inadecuada. El mayor problema con el film lo encontré en el tejido de la historia y en el guión. Me hubiera gustado que la historia profundizara en el carácter de los personajes, cosa que no ocurre y lo cual tiene su consecuencia. Esta consecuencia és, que el film impresiona más como un documental dramático, que como un film de ficción. Sin embargo en general el film es bastante aceptable.

Sin proponérselo el film inevitablemente hace referencia al caso de un psiquiatra muy destacado de Caracas.[1] Este Psiquiatra es un personaje público, ampliamente conocido por los venezolanos. Ha sido Rector de la UCV y Decano de la Escuela de Psicología en la misma Universidad. También ha sido el psiquiatra de tres Presidentes de la Republica, incluyendo a Hugo Chavez Frías. Además ha sido candidato a la Presidencia de la Republica. Considero que esta condición de celebridad dificulta el estudio serio y científico del caso. Casi es preferible no hablar de el. Por eso felicito a la Directiva de esta honorable Sociedad de Psiquiatría por dedicar un espacio en este Congreso al estudio de este delicado y preocupante caso. Más difícil aún ya  que se trata de un Médico Psiquiatra celebre, muy distinguido, que fue miembro de varias honorables Sociedades.

En el film recibe el nombre de Elias Aponte. Este psiquiatra atiende pacientes ambulatorios en su Clínica de La Florida. Es allí donde se presenta una paciente adolescente de 19 años quien pasa a ser llamada Sofía.[2] Ella estudia exitosamente Comunicación Social en una Universidad Bolivariana, llamada: Universidad Católica Santa Rosa. Esta paciente sufre de angustia por la pérdida de un amor, lo cual es el motivo de su consulta. Además es Bulímica, con una obesidad moderada. Su personalidad se muestra muy infantil para sus 19 años. Está inconforme con su apariencia física, con su obesidad y cree ser poco atractiva para los hombres. Tiene momentos en que sufre de angustia y logra calmarla haciéndose heridas superficiales y escoriaciones en los brazos. No se trata de intentos suicidas. Sus escoriaciones y heridas, que le producen dolor son su manera de calmar la angustia. Vive sola con su hermana mayor, quien hace de representante de Sofía. La madre y el padre viven en el interior del país [en Valle de la Pascua]. La madre ha sido antigua paciente del Dr. Elias Aponte y agradecida de sus cuidados.

Sofía tiene un amor no correspondido con un joven, llamado en el film: Ramón. Este es un hombre joven, estudiante, amable, quien sale con ella y otras amigas, pero quien le deja saber que él, no está interesado en una relación de amor con ella. Sofía vive el rechazo amoroso de forma intensa. No sabe cómo manejar el rechazo, sufre angustia por la pérdida del objeto amoroso y lo vive como un fin de mundo. Se trata de una angustia aniquilatoria, propia de la pérdida de relación con un objeto simbiótico. Se corta superficialmente la piel de los brazos para calmar la angustia. Su hermana la descubre sangrando y se preocupa mucho por ella. Cree erróneamente que está suicida. Llama a la madre y ambas deciden llevarla a un Psiquiatra. Sugerido por la madre, aparece el nombre del Dr. Elias Aponte.

En el film se observa que desde un primer momento, cuando la conoce en su consultorio, el Dr. Elias Aponte muestra un claro interés erótico por la joven Sofía. Según el film es un interés erótico que aparece casi al momento de conocerla. El Dr. Elias Aponte la diagnóstica de Esquizofrenia y sugiere hospitalización, cosa que no es posible, por el alto costo de dicha hospitalización. Entonces sugiere tratamiento ambulatorio que consiste en una sedación profunda en la consulta. Este tratamiento es llamado por el Dr. Elias Aponte como una cura de sueño a repetirse innumerables veces. Aparecen unas escenas de erotismo durante la sedación profunda. Estando Sofía dormida por el sedante el Dr. Elias Aponte le hace caricias sexuales en todo el cuerpo, con excitación sexual de Dr. Elias Aponte y su consecuente masturbación eyaculatoria.

En una escena posterior Sofía se despierta durante el manoseo sexual.  El Dr. Elias Aponte le ordena que no lo diga a nadie. Pero Sofía lo dice a una amiga y a su hermana quien luego llama a su madre en Valle La Pascua para informarla. La llevan a una ginecóloga quien encuentra que no ha habido coito y mantiene su virginidad, pero encuentra escaras y evidencias de manoseo intra-vaginal. La madre le prohíbe a Sofía continuar sus visitas con el Dr. Elias Aponte. Pero Sofía se muestra interesada en continuar viéndolo. A Sofía le gusta ser motivo del deseo de un hombre tan importante. La amiga y la hermana le censuran ese interés de ella por el Dr. Elias Aponte a quien califican de ser un viejo de aspecto desagradable.

El Dr. Elias Aponte la llama repetidas veces por teléfono y muestra su interés por ella. El desea verla. Este interés del Dr. Aponte por ella, despierta en Sofía el sentimiento de sentirse atractiva y bonita. Continúa viéndolo en forma clandestina. Pero escribe ‘un diario íntimo’ en su computadora donde narra sus visitas y sus constantes llamadas. El Dr. Elias Aponte invita a Sofía a ver unos videos que el le quiere mostrar. Entiendo que son videos eróticos con otras pacientes, que el Dr. Elias Aponte cree van a excitar a Sofía. Ella ve los videos hechos por el Dr. Elias Aponte con otras pacientes en donde se muestra los manoseos eróticos y su masturbación final. Ella siente repulsión y disgusto. Se retira muy molesta. Le deja saber al Dr. Elias Aponte que ella no desea verlo más y que lo va a denunciar. Efectivamente escribe un texto en Facebook denunciando sus abusos sexuales con sus pacientes. El Dr. Elias Aponte se enfurece con esta publicación hecha por internet y posteriormente la invita a su consulta al final de la tarde. Ese día Sofía está con Ramon en un centro comercial al recibir la oferta de cita del Dr. Aponte. Eso ocurre el día de su muerte. Sofía desestima e ignora la sugerencia telefónica de su amiga de no asistir a ese consultorio. La amiga le dice que es necesario que ella se de cuenta de que está en peligro. Sofía decide asistir a la cita. El joven Ramón la deja en Plaza Venezuela a las 5:30 PM y sigue su camino, siendo la última persona que la vio con vida. Sofía se dirige a La Florida a ver al Dr. Elias Aponte.

Durante la visita ella le dice que va a continuar denunciando sus abusos sexuales en un video que hará en su nuevo trabajo de RCTV. El Dr. Elias Aponte se enfurece y golpeándola contra la pared y el piso, la mata al destrozarle el área occipital del cráneo. Luego se deshace del cadáver de Sofía y lo abandona en el Parque Caiza, más allá de Petare. Pero se ha dejado dos evidencias en el consultorio. Una, los restos de sangre de Sofía. Y dos, un zarcillo que ella portaba esa tarde y que cayó en el suelo de la sala de espera.

Cuando Sofía no regresa a su casa, la familia comienza a buscarla. Todas sus amigas y familiares sospechan en el momento inicial del Dr. Elias Aponte. Luego aparece el cadáver en el Parque Caiza y comienza la investigación criminal. El primer sospechoso oficial que tienen la policía científica es el amigo de Sofía, el joven Ramón, por haber sido él, el último en verla con vida. Pero el tiene una buena coartada que lo exculpa. Entonces surge la figura del Dr. Elias Aponte como principal sospechoso. Durante las investigaciones aparece la sangre de Sofía en el consultorio. Luego aparece también en el consultorio: el zarcillo perdido. Este zarcillo hace juego con el zarcillo de su otra oreja, aparecido durante la autopsia. Luego aparece el diario secreto de Sofía ubicado en su computadora. Allí se narra la relación tormentosa erótica con el Dr. Elias Aponte. La investigación lleva a revisar la casa del Dr. Aponte donde encuentran 1.200 fotos eróticas de pacientes y cientos de videos eróticos, igualmente de pacientes aparentemente filmadas estando dormidas en su clínica, incluyendo fotos eróticas de Sofía. El Dr. Elias Aponte alega que son fotos de su vida privada y que la policía, ni nadie, tiene derecho a acceder a ellas. La policía y el fiscal desestiman este argumento. La policía insiste en que él tiene un fuerte motivo para matarla: ella iba denunciarlo. El Dr. Elias Aponte es hecho preso y como es una figura pública la noticia da inicio un escándalo público que llega a nivel nacional.

El caso pasa a Juicio y en ese Juicio es encontrado culpable de homicidio intencional y condenado a 20 años de prisión. Es cuando el Dr. Elias Aponte es internado en la prisión llamada ‘Rodeo-3’. Por razones de avanzada edad, al año siguiente de iniciar su condena, recibe ‘casa por cárcel’ y a los pocos meses muere en su casa, a la edad de 78 años causada por una neumonía. Esta es una narración lineal, simple, de los hechos verídicos descubiertos por la policía y narrados en el juicio. Igual secuencia se encuentra sugerida en el libro de Ibeyice Pacheco llamado ‘Sangre en el diván’ que trata sobre este mismo caso. También observamos una narración similar en el documental de 45 minutos[3] montado en Youtube y finalmente en el film comercial de largo metraje dirigido por Manuel Pifano llamado: El Psiquíatra.

Observaciones de un Psicoanalista:

Estos son los hechos criminales recogidos en la investigación. Me toca como médico psicoanalista tratar de entender la conducta de este Médico Psiquiatra, quien de acuerdo con el proceso de la Justicia Criminal fue encontrado en la vida real culpable de un homicidio. Además durante el Juicio se pone en clara evidencia una conducta sexual impropia y delictiva realizada con sus pacientes en estado de sedación. Está claro que mi trabajo no es hacer una evaluación moral de la conducta de este médico. No se trata de evaluar lo bueno o lo malo de su conducta criminal. Eso no me interesa. Se trata de entender la psicodinamia de esta persona. Me pregunto, ¿Qué pasó con este psiquiatra? ¿Cómo entender su acto criminal homicida? ¿Cómo entender su conducta sexual? ¿Cómo entender su vida amorosa? ¿Cómo entender estas aparentes curas de sueño?  Me propongo tratar de entender, apartando el juicio moral, lo que ocurre en la mente del Dr. Elias Aponte.

Para responder a estas preguntas que hice más arriba es necesario utilizar argumentos de la <teoría de la personalidad> y argumentos de la <teoría de la técnica>. Prefiero dividir estas observaciones en tres acápites. Uno: Observaciones sobre el acto criminal homicida. Dos: Observaciones sobre la dialéctica de su erotismo. Tres: Observaciones sobre la <transferencia y la contratransferencia>.

1 Obervaciones sobre el acto criminal homicida. 

Según la narración del film, el homicidio aparece como planificado. El Dr. Elias Aponte cita a Sofía para matarla. El móvil del crimen es silenciar su posible denuncia. Sofía lo ha amenazado con publicar en internet un video donde denuncia su conducta sexual con sus pacientes sedadas. El hecho de que el crimen fuera premeditado establece la presencia de una clara intención criminal. Se configura el acto criminal psicopático. Esa conducta criminal homicida recibe en la clínica Psiquiátrica el calificativo de Trastorno de personalidad tipo psicopático [es decir delictivo]. En clínica Psicoanalítica se llama Personalidad Narcisista con tendencia criminal. En este tipo de personalidad narcisista se va a encontrar ideas de grandiosidad y pensamiento paranoico. Las cuales aparecen visibles en las entrevistas de televisión que realizó el Dr. Edmundo Chirinos y que están en Internet.[4]

En esta personalidad narcisista con tendencia criminal se encuentra una grave deficiencia en la estructuración y posterior funcionamiento del SuperYo. Como ustedes saben, el sistema de ideales y el concepto de lo bueno y lo malo, reside en la instancia psíquica llamado: SuperYo.[5] La insuficiencia y las fallas en la constitución del SuperYo permiten realizar el delito, sin sentimientos de culpabilidad. Es decir este tipo de sujeto no muestra tener ningún sentimiento de culpabilidad. Proceden a realizar el acto criminal con toda eficacia, donde no hay sentimientos de culpa, ni reproches. Esto facilita la eficacia en la realización del crimen. Este aspecto psicopático [ausencia de sentimientos de culpa] queda claro en el film y en las otras narraciones de este mismo caso. Incluso en las entrevistas televisivas realizadas con el propio Dr. Edmundo Chirinos, vemos a un sujeto que se muestra risueño, seguro de su inocencia. Incluso existe una negación de su crimen, donde aparentemente el se cree inocente.

Esto es posible utilizando un mecanismo mental que llamamos: ‘Escisión vertical del Yo’ [Splitting vertical]. En donde una parte de su personalidad sabe que cometió el crimen. La otra parte lo niega, lo ignora y sinceramente cree que no cometió ese crimen. Su centro de atención puede ir de una parte, a la otra parte de su personalidad. Dando una impresión de inocencia sincera. Me recuerda la entrevista televisiva con Jairo Velasquez [Popeye]: el famoso sicario [Psicópata] de Pablo Escobar [el Zar de la droga]. Popeye habla en la entrevista que se realizó en una cárcel cercana a Bogotá con toda tranquilidad y en paz. Habla de sus 250 crímenes realizados por el mismo, además de los cuatro mil, hechos bajo sus instrucciones como jefe de Sicarios.[6] No hay trazos de remordimiento, ni de reproches por su conducta. En la entrevista se le aprecia sano, animado y  en paz. La teoría propone que esta personalidad psicopática [carente de sentimientos de culpa] viene desde la infancia. Generalmente aparece en personas que han tenido serias carencias afectivas durante los primeros tres o cuatro años de la vida.

2 Observaciones sobre la dialectica del erotismo:

Entiendo que la historia presentada en el film está ajustada a la realidad y nos cuenta que el Dr. Elias Aponte es un hombre que vive solo, sin pareja. Nos dice que el objeto de su deseo son las mujeres y él que accede a su placer sexual con un objeto sexual femenino que está dormido. Así pués, el objeto de su interés sexual no puede responder, está como muerto. A juzgar por la magnitud exuberante de su historial de videos y fotografías eróticas, tomadas por el mismo Dr. Elias Aponte durante años [más de 30 años] a sus pacientes dormidas, podemos decir que este guión erótico ha sido su forma de satisfacer sus necesidades sexuales durante casi toda su vida. No se observa una historia romántica, donde se juega la duda de amar o ser amado, tal como la observamos en las estructuras neuróticas ordinarias. Tal parece que estamos ante la presencia de una ‘Estructura Perversa’.

La vida amorosa y erótica del Dr. Elias Aponte pareciera ser algo extraña, pero no lo és. Se trata, como ya dije, de un sujeto con una patología sexual perversa. Esto explica muchas cosas. El sujeto perverso es aquel sujeto que solo accede a su vida sexual orgástica, a través de un guión estricto, que el mismo sujeto a fabricado en su infancia. Este guión una vez establecido, es tiránico sobre el sujeto. Es un guión rígido y se repite igual, una y otra vez. Sin posibilidad de cambio. Así pues en la escena sexual perversa, todo está determinado y dictaminado, por el guión perverso. Por ejemplo: En los exhibicionistas callejeros: en estos exhibicionistas sabemos que este es el único acceso a su vida sexual. Se realiza cuando el exhibicionista expone sus genitales erectos a una niña inocente que sorprendida lo está viendo. La mirada de la niña le hace creer al perverso exhibicionista, que ella lo desea [cosa que es falsa y delirante]. Este espejismo falso permite la excitación y el orgásmo masturbatorio que concluye la escena y desata la inmediata huida del sitio. Esto se repite en el tiempo, una y otra vez. La situación con el perverso pedofílico es similar, con su guión establecido y tiránico. Lo repite una y otra vez, sin posibilidad de cambio. Es decir, ese acceso pedofílico y esa forma de lograr el placer sexual, no tiene cura [no hay posibilidad de cambio].

El perverso estructural es un sujeto inteligente. Generalmente los perversos estructurales verdaderos no son psicópatas criminales. Al contrario son ciudadanos que aparte de su extraño mundo erótico respetan la ley. En este sentido el caso del Dr. Elias Aponte es raro. Se sale de lo esperado. Sin embargo con la intensión de entender el porqué de su acto criminal homicida, podemos decir, que su acto criminal homicida fue un acto desesperado. Premeditado sí, pero desesperado. El Dr. Elias Aponte necesitaba proteger su práctica profesional y su prestigio público, tanto como político y académico.

Ante esta peculiar situación contradictoria de ser un criminal homicida, quien además muestra conducta sexual perversa, en donde una cosa no cuadra con la otra, se hace necesario ahondar teóricamente aún más. Ante esta contradicción aparente, nos queda, desde el punto de vista dinámico, entenderla de otra forma. Con esto quiero decir que es posible que el Dr. Elias Aponte, no sea una estructura perversa verdadera. Es posible que se trate de una estructura neurótica que ejecuta actos perversos repetidos para poner en acto su fantasma sexual perverso, como haría cualquier otro neurótico. Ante la duda de ser un <Perverso verdadero> o ser un <acto perverso en un neurótico> me inclino por esta última propuesta. Así el Dr. Elias Aponte sería un simple neurótico narcisista patológico criminal grandioso, que realiza actos perversos repetidos.

3 Sobre la transferencia y la contra-transferencia:

En la entrevista de televisión el Dr. Edmundo Chirinos de forma jocosa y superficial dice: ‘que casi todas sus pacientes femeninas se enamoran de él’. Luego jocosamente agrega: ‘que eso no le pasa con los hombres’.[7] Su técnica de ayuda consiste en aplicar una sedación profunda vía intravenosa por varias horas logrando lo que él llamó: ‘curas de sueño’. Está claro que no hay una intención de hacer psicoterapia y no se establece ningún diálogo con el paciente. Ningún dialogo que permita explorar sobre la historia de su enfermedad, la vida pasada y la vida actual de la paciente. Eso del dialogo no le interesa. Su tratamiento consiste en inyectar por vía intravenosa un sedante y provocar una sedación profunda. Eso es todo. Así la relación de trabajo consiste en realizar un procedimiento médico: en aplicar una inyección. Esa relación se establece con una figura poderosa que duerme a la paciente. El paciente se entrega y confía en las buenas intenciones del Doctor. Algo así pasa con la figura del hipnotista. Se establece una relación con una figura de autoridad protectora con la cual existe plena confianza. Desde el punto de vista médico es una ‘relación de trabajo’. Pero desde el punto de vista dinámico, podemos pensar que allí se ha establecido una ‘relación de transferencia’ por parte de la paciente, una relación inocente.

Con este término ‘Transferencia’ nos referimos a la relación paciente-médico en donde de forma no voluntaria se transfieren viejos sentimientos y patrones de relación, provenientes de la infancia pre-verbal del paciente, que los transfiere a la figura del médico.  Como este es un procedimiento médico de sedación profunda que se repite muchas veces, es posible que aparezca una relación de afecto positivo: la paciente confía en su médico. Una especie de afecto amoroso, con respeto y admiración, hacia la figura del médico. Es una relación de transferencia positiva que no obstaculiza y más bien ayuda en el tratamiento. Lo que ocurre en el caso del Dr. Elias Aponte, no tiene nada que ver, con el fenómeno de la transferencia y de la contra transferencia. Me explico mejor. Según el historial revisado, el Dr. Elias Aponte desarrolla su interés erótico de forma inmediata al conocer a Sofía. Es una atracción erótica directa. No aparece el fenómeno transferencial. Las visitas posteriores que Sofía realizaba al Dr. Elias Aponte [después de suspendidas las curas de sueño] eran motivadas por su deseo de ser atendida y deseada por un hombre tan importante. Aparece claramente algo que la caracteriza: <el deseo de ser deseada> propia de una estructura neurótica narcisista.

En psicoterapia donde el trabajo se realiza en base a una escucha muy especial realizada sin hacer <juicio de valor> y donde la palabra del terapeuta complementa su escucha, es allí en esta relación interpersonal, que la transferencia aparece en forma involuntaria, inevitable e invisible.[8] La transferencia inconsciente es algo mu  valioso porque puede revelar traumas y conflictos de la época pre-verbal. La experiencia enseña que a veces esta relación de <transferencia positiva> se puede tornar amorosa y erótica. El médico por su parte también puede desarrollar una relación con sentimientos hacia su paciente. Esa relación la llamamos <contra-transferencia>. Especialmente cuando es una respuesta a los sentimientos expresados por la paciente. Esta contra-transferencia del terapeuta [hombre o mujer] también puede complicarse con sentimientos amorosos y eróticos. Esto no solo ocurre de manera natural en la práctica de la psicoterapia, también  puede ocurrir en la relación de subordinación interpersonal que existe en otros campos y especialidades de la medicina. Puede ocurrir también en otros campos como con los psicólogos que hacen otro trabajo, los maestros, profesores y sacerdotes, todo esto en relación a sus estudiantes, pupilos y feligreses. Allí puede aparecer la transferencia positiva inocente, que puede deslizar a una transferencia muy problemática que se llama: transferencia erótica. Resulta ser que esta transferencia problemática erótica, es de dos tipos: la <transferencia erótica> y la < transferencia erotizada>.

La Transferencia erótica

Refiere a la aparición [durante el proceso de psicoterapia] de fuertes sentimientos de amor y fuertes deseos sexuales hacia la persona del terapeuta sea este hombre o mujer. Generalmente se muestra en sesión una relativa detención de la narración libre [asociación libre] y de la presencia de prolongados silencios en los cuales no se le ocurre nada al paciente. Finalmente el paciente expresa la presencia de sus deseos amorosos y sexuales hacia el terapeuta. El paciente considera que está enamorado o enamorada de su terapeuta y así lo hace saber. Cree que se trata de un amor verdadero. Cuando este fenómeno ocurre es necesario preguntarse si se trata verdaderamente de una transferencia <erótica> o si se trata de una transferencia <erotizada>. Ambas son muy diferentes en su génesis [su origen] y en sus consecuencias. La transferencia erótica es benigna y es manejable. La transferencia erotizada es grave y peligrosa.

La transferencia erotizada

Muestra la presencia intensa e irracional del amor y del deseo erótico genital por la persona del terapeuta [hombre o mujer]. Sus deseos sexuales pasan a convertirse en actos, que arrinconan al terapeuta. Son deseos que demandan amor y satisfacción sexual completa, exigida a la persona del terapeuta. Hoy en día sabemos, que tanto la transferencia erótica, como la transferencia erotizada, requieren para su aparición de una participación y <complicidad inconsciente> no voluntaria del terapeuta [hombre o mujer]. De alguna forma el terapeuta despierta el deseo erótico en el otro y luego no logra desactivarlo. Por eso es importante que el terapeuta exprese su clara negativa a participar en un asunto amoroso o erótico con su paciente sea este varón o hembra.

Esta clara negativa verbal y conductual ayuda a desactivar la transferencia <erótica>. Desafortunadamente la transferencia <erotizada> no puede ser desactivada, ya que el paciente se resiste a enfrentar y tolerar su propia frustración e insiste en que su amor y su deseo son verdaderos y por lo tanto presiona para que sean satisfechos. Es decir hay convicción delirante. Aquí se abre la posibilidad para la existencia de una transferencia delirante, también llamada ‘Erotomanía’ o locura de Clérambault.

Como ya he dicho la transferencia erótica es menos intensa, es manejable y el paciente puede llegar a comprender y aceptar la imposibilidad de esta demanda de amor. Cuando este asunto es hablado abiertamente con el paciente [varón o hembra] y se plantea que el terapeuta no está interesado o interesada, en establecer esa relación amorosa y sexual con su paciente, entonces, es cuando el paciente puede renunciar a ese deseo. Esta apertura abre la posibilidad a que se pueda continuar con la terapia, si el paciente así lo desea. Queda entendido entonces, que la clara negativa del terapeuta a corresponder amorosamente ayuda en el cese de esta reacción transferencial erótica. Entonces el sentimiento amoroso y sexual disminuye y deja de ser un obstáculo al trabajo. La terapia prosigue sin presentar problemas por ese lado.

La transferencia erótica ocurre en analizandos que muestran tener una organización de personalidad Edípica, más allá del narcisismo. Es decir son sujetos con un mayor desarrollo e integración de la personalidad. En cambio la transferencia erotizada, que como ya he dicho, es algo grave, ocurre en analizandos con una estructura narcisista de personalidad [estados primitivos de la mente]. A veces se trata de pacientes fronterizos borderlines, que como ya dije se muestran renuentes a cesar en su demanda de amor sexual. En esos casos la única solución es suspender la terapia lo más pronto posible y referirlo a otro terapeuta. Es importante considerar el sexo del próximo terapeuta, con la intención de ayudar, a que no se repita el fenómeno transferencial amoroso.

El hecho de que cada terapeuta en ejercicio pueda tener al menos una o dos supervisiones semanales, con distintos supervisores, es algo muy recomendable y además necesario. Esta costumbre de supervisar es algo que debe continuar en forma permanente a través de los años. Esta costumbre es lo que va a ayudar, primero: a comprender la psicodinamia del caso supervisado y segundo: a identificar la situación transferencial. No solo el amor de transferencia, sino también, el odio de transferencia, que como pasión hace presencia en la cura. Estar en supervisión permanente es una protección para los distintos hombres y mujeres terapeutas, independiente de la experiencia y de la edad. Por eso considero importante insistir en que aquellos que se dedican a la práctica de la psicoterapia [no es el caso del Dr. Elias Aponte] deben tener en forma permanente un supervisor semanal experimentado. Quien a su vez, también tiene su propio supervisor.

Como pueden ustedes ver, el estudio de este caso, nos permite aprender muchas cosas importantes. Estudiar el caso y hacer observaciones [sin ejercer un juicio moral] es lo que nos permite aprender más. Realmente se trata de comprender todo lo que podamos de la conducta humana. Esta enseñanza de lo que trágicamente pasó con un colega, nos puede permitir, aprender a estar alerta y prevenir nuestra propia tragedia, antes de que ocurra. Nadie en este difícil oficio de trabajar con la mente <en psicoterapia> está libre de peligros. Estos peligros pueden ser variados. No solo por el lado amoroso y sexual, sino por otros lados. Por ejemplo, el peligro de sufrir de una melancolía con o sin acto suicida, que por cierto es muy común en nuestro oficio. Debemos estar alerta a los peligros psicóticos que nos llevan a una conducta extravagante o a una conducta maníaca omnipotente. Debemos estar alerta a las adicciones variadas: al abuso de drogas y al juego compulsivo. Tenemos que saber cuidarnos y nadie está libre del peligro. Para un <psicoterapeuta practicante> es vital su mantener propio análisis personal y mantener por su propia seguridad una permanente supervisión semanal.

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VIDEOS SOBRE CASO CHIRINOS

 

[Trailer sobre el film EL PSIQUIATRA de 1,5 minutos]

[1] Refiere al Dr. Edmundo Chirinos, nacido en Churuguara Estado Falcón en 1935 y fallecido en Caracas en 2013 a los 78 años de edad. Graduado de Médico en la UCV en 1958 y Graduado de Psicólogo en la misma Universidad en 1960. Egresó como Psiquiatra del primer curso de Post-Grado del Hospital Psiquiátrico de Caracas, entonces bajo la dirección del distinguido Dr. Jesús Mata de Gregorio. Realizó estudios especializados en Conductismo en Londres. Desarrolló vida política destacada y fue candidato a la Presidencia de la Republica en 1988 por el partido Comunista de Venezuela.

[2] Refiere a la paciente que en vida se llamaba: Roxana Vargas

[3] Este documental esta en YOUTUBE bajo el nombre: <Sangre en el diván documental Edmundo Chirinos>. http://www.youtube.com/watch?v=1qu_i4w_Z8o [en español de 45 minutos]

[4] Entrevista con Edmundo Chirinos por televisión: http://www.youtube.com/watch?v=IvSdGvECork [en español de 5 minutos]

 

[5] Sigmund Freud en 1923 produjo su segunda propuesta para un modelo de Aparato mental. En su libro <El Yo y el Ello> de 1923 Freud propone esta tres instancias psíquicas.

[6]Las entrevistas con John Jairo Velasquez pueden verla por internet: Sugiero comenzar por la primera entrevista que aparece en YOUTUBE:

http://www.youtube.com/watch?v=4rxMZLWyyDw bajo el titulo ‘Las confesiones de Popeye’. Son seis capítulos separados de 30 minutos cada uno, en español. Es muy pedagógico observar una entrevista con un ‘Psicópata criminal’ dispuesto a mostrarse.

[7]  Entrevista al Dr. Edmundo Chirinos en televisión:

http://www.youtube.com/watch?v=6M-CvMx7k00 [en español de 2 minutos]

[8] Es importante diferenciar dos cosas: Primero, la <transferencia> que es algo involuntario e inconsciente. Difícil de detectar y se conoce solo por sus efectos.  Y segundo, el <rapport> que refiere a emociones conscientes que generalmente ocurren en la relación médico-paciente.